Ciudad del caos

“Neralo. Ciudad del caos” es la primera novela de una trilogía de fantasía y ciencia ficción que se va a ir creando en esta bitácora. Es una novela viva. Por lo tanto, aunque a grandes rasgos ya está escrita en mi cabeza, los comentarios y aportaciones de los lectores podrán ir modificando el transcurso de la historia. Subiré un nuevo capítulo cada sábado. Para leer la novela en su orden correcto, selecionar "Orden posts:Ascendente". Más en: www.neralo.info

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Lugar: Bilbao, Bizkaia, Spain

09 diciembre 2006

EPÍLOGO

Many estaba llegando al cuartel de los predadores. Se oyó un estruendo proveniente de la otra punta de la ciudad. Paró la moto y miró, intentando averiguar qué había pasado. No sabría explicar lo que vio: un edificio estaba siendo derribado, pero había una especie de haz extraño que lo envolvía; la luz parecía bailar a su alrededor. Un pensamiento golpeó a Many en la cabeza.

-¡Maldito hijo de puta!

Many giró violentamente la moto y se dirigió hacia la explosión. Surcó la ciudad entera en menos tiempo de lo normal, pero, cuando llegó a “El Hospital”, la lucha casi había terminado. El dominio de las bandas era claro. Quedaban algunos militares intentando huir. Many se acercó a un grupo que disparaba a tres ochos atrincherados tras un camión.

-¿Dónde está Ca?

-No sé. Creo que entró en el del medio.

-Gracias, toma esto.

Many le dio una granada al muchacho y siguió su camino. Segundos más tarde, una explosión destrozaba el camión. Many no se inmutó. Se dirigió al edificio central, sin complicaciones. Entró y lo que vio no fue muy alentador. Los supervivientes en mejor estado ayudaban a los peor parados a moverse y trasladarlos. Miró a la multitud y encontró a Polo ayudando a una muchacha que había perdido la pierna izquierda.

-¿Many? ¿Qué haces aquí?

-¿Sabías que Ca no me iba a traer?

-No, no lo supe hasta que te has ido. Pero ha sido un bonito gesto de su parte.

-Puedo defenderme. Podía pelear.

-Lo sé, pero le importas demasiado. Él no quería que estuvieras aquí.

-¿Dónde está?

-No lo sé. Alguien disparó a una de mis ruedas y me caí. No lo he vuelto a ver. Pero hemos encontrado su moto junto a esas escaleras –Polo señaló unas escaleras cercanas.

-Gracias, Polo. Voy a buscarlo. Espero que no le haya pasado nada.

Many bajó las escaleras por las que había bajado Ca. El lugar le pareció tétrico; la luz parpadeante de los pasillos la ponía nerviosa. Estaba dando vueltas por los pasillos cuando encontró a dos personas tirando de una tercera. Al principio no la reconoció, pero se acercó a preguntar. Entonces se dio cuenta de que estaban llevando a Beda, y no se encontraba en muy buen estado. Le habían practicado un torniquete unos diez centímetros por debajo del hombro izquierdo. De ahí para abajo sólo podía intuirse una extremidad chamuscada y mutilada.

-¿Beda?

-Está muy mal, apenas consigue mantenerse consciente.

-Sólo es un momento. ¿Has visto a Ca? Beda, ¿sabes algo de Ca?

-Ese cabrón me debe un puto brazo.

-¿Dónde está?

-Sigue todo recto hasta encontrar unas escaleras que bajan. En la sala hay una entrada al alcantarillado. Te metes en él. Se supone que iba a subir por unas escaleras que había a unos veinte metros.

-Gracias, Beda. Espero que te pongas bien.

Many salió corriendo en la dirección que le había dicho Beda. No tardó en encontrar las escaleras que le había indicado. Bajó por ellas y dio a una sala en completa oscuridad. Intentó orientarse y tropezó con algo en el suelo. Se acercó a ver qué era y descubrió el cuerpo destrozado de un militar. Siguió buscando hasta dar con las alcantarillas. El olor no invitaba a entrar, pero era la única pista que tenía, así que entró.

Vio unas escaleras y se apresuró a subir por ellas. No tenía intención de permanecer más tiempo del necesario en ese sitio. Apareció a pocos metros de “El Hospital”. Había muchos cuerpos en la zona, tanto militares como de las bandas. Miró atentamente a ver si encontraba a alguien conocido entre los cadáveres. Encontró el cuerpo de Jarro. Tenía las piernas y el brazo derecho destrozados. A su alrededor había un grupo de militares destrozados. Many supuso que, al verse rodeado, Jarro había abierto una granada.

Siguió buscando entre los cadáveres y los heridos. Encontró a Elo apoyado contra una pared. Todavía sostenía su kalashnikov en la mano. Corrió hacia él. Seguía vivo. Estaba destrozado, pero no parecía que su vida corriera peligro, así que decidió interrogarle antes de ayudarle.

-¿Qué ha pasado? ¿Has visto a Ca?

-Estábamos peleando. Los hacíamos retroceder –Elo hizo una pausa para tomar aire y siguió hablando pausadamente-. Entonces recuerdo que Ca salió del suelo. En esa zona estaban los ochos. En pocos segundos, antes de que nadie pudiera reaccionar, lo abatieron –Many se asustó y la tristeza era visible en su cara-. No creo que muriera, porque se lo llevaron a uno de esos camiones –Elo señaló un camión medio destrozado, a unos metros-. Es en ellos en los que han huido.

-¿A dónde?

-No sé. Tenemos que hablar con Sip. Es mi último espía entre los ochos.

-Y vamos a tener que reunir a los alas rojas. Esto se ha puesto más difícil de lo que creía. ¿Qué sabes de ellos?

-Gil y Dos han caído. Hexar ha estado aquí hace poco. Estaba bien. Los demás, no sé.

1 Comments:

Blogger Beñat Bustamante said...

Este es el final del primer libro. Espero empezar pronto con el segundo. Ahora mismo estoy trabajando en la publicación del primero.
Si alguien quiere ser avisado por email del inicio de la segunda parte, por favor escribir un mail a aviso*neralo.info (cambiar el * por @ para enviarlo)

6:39 p. m.  

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